PRIMERA PARTE
Solimán el Magnífico, decide por segunda vez medir sus armas con
los caballeros hospitalarios de San Juan de Dios. Malta es atacada por
una escuadra al mando de Piali-Baja, en la cual figura Dragut con veintiséis
galeras. Desembarca Mustafá-Lala-Bajá generalísimo turco, al frente de cuarenta
y cinco mil hombres, La Valette, gran maestre de la orden, tiene para
defender toda la isla setecientos caballeros malteses y cuatro mil quinientos
soldados.
Comienza la
campaña por el asedio al castillo de San Telmo, defendido por unos centenares
de hombres que no retroceden ni un palmo. Se suceden los asaltos terribles,
pavorosos, emocionantes. Los de Malta pelean con un ardor que causa verdaderos
escalofríos. Los turcos no obstante su brío son siempre rechazados. Emociona el
momento en que diezmados los de Malta ceden, es la media noche del 22
de junio. Los caballeros y sus soldados se congregan en la capilla
semidestruida del castillo. Unos a otros se dan la sagrada comunión y
“ofreciendo las almas a Dios, se aprestan a sacrificar el cuerpo a la gloria de
su divino Hijo”. La luz mortecina de los cirios alumbra un espectáculo
conmovedor; no puede decirse que sean guerreros, sino esqueletos vacilantes y
espectros lívidos, que semejan cadáveres reunidos para sus propios funerales.
Un ruido de acero turba de vez en cuando las palabras litúrgicas; en ocasiones
la sangre de una herida repentinamente abierta cae con sonido débil, marcando
una mancha de púrpura a los pies de los fieles. Terminado el servicio divino,
los últimos defensores de San Telmo se arrastran fuera de la capilla para
regresar a sus puestos.
Los turcos atacan al amanecer con furioso ímpetu y los rechazan sesenta
hombres, heridos casi todos ellos, hasta que la superioridad otomana es tan
grande que su marea sumerge al castillo en un rugido de triunfo. La fortaleza
ha sido conquistada. (El asalto al castillo de San Telmo, defendido por
un puñado de hombres, es una de las epopeyas más gigantescas de la
historia. Los intentos turcos para apoderarse de la fortaleza, se estrellan
ante la tenacidad de aquellos caballeros. Dragut, no reprime su indignación… y
asombro, al contemplar como algunos que mortalmente heridos no pueden estar de
pie, se hacen llevar a las brechas una silla y sentados en ella, espada en
mano, afrontan a sus hombres hasta el último aliento.
Un asalto, otro, otro, hasta aquel, en que un fragmento de roca, saltado de
ella por un arcabuzazo, le hiere en la cabeza mortalmente. Viviendo lo
suficiente para escuchar las noticias de la captura del fuerte).
1569.-
Venecia, día de la ascensión del señor.
Tañen centenares de campanas, suenan músicas, tiembla el espacio conmovido por el fragor de las salvas artilleras, los barrios son invadidos por una multitud bulliciosa. Tanto júbilo es justificado, ya que en Venecia se celebra la fiesta de sus desposorios con el mar. El Dux en su galera Bucentauro se dispone a realizar la ceremonia, silencioso y preocupado, apretando fuertemente el anillo en su mano, pensativo recuerda aquella frase de Mahomet II, el sultán conquistador de Constantinopla: “Hay que enviar a Venecia a consumar su matrimonio al fondo del mar”. Cierto es que la República está en franco ocaso; pero todavía conserva una industria floreciente y un comercio próspero. Desde el punto de vista diplomático, sus relaciones con Turquía, son perfectamente cordiales … tan cordiales que tienen mucho de sumisión, y allá en la Sublime Puerta , la Serenísima República, es mirada despectivamente como si fuera súbdita y feudataria del imperio. Tanto es el servilismo que en España se llama a Venecia la amancebada del turco y en el resto de Italia la semi-turca.
Pero tras la máscara de una fingida amistad se oculta el verdadero rostro de
una ambición, conquistar Chipre que está en manos de Venecia si embargo no es
prudente romper con la Serenísima ya que lucha al lado de la armada
del sultán contra las flotas cristianas.
En la noche del 13 de septiembre de 1569, el arsenal
de la República, ha sido destruido por un incendio, saltando el polvorín,
a cuya explosión se han derrumbado cuatro iglesias y unas cuarenta casas. Pero
aunque la voladura se ha oído a mas de cuarenta millas los daños no son
irreparables, sino por el contrario pueden refutarse insignificantes, en
relación a la catástrofe que pudo ocurrir, perdiéndose en el fuego únicamente
cuatro galeras. En Venecia se sospechaba que detrás de este suceso estaba el
turco, que unida a la información de los evidentes preparativos militares
que comenzó a llevar a cabo el sultán Selim, la República se preparó
para defenderse y reunió en el puerto de Zara una flota de 90 galeras y 3.000
hombres para ayudar a la protección de Chipre.
El
sultán Selim II interpretó este suceso como una señal divina mediante la
que Alá le indicaba que era el momento de poner en marcha sus planes contra
Chipre por lo que decide terminar sus dudas y para ello redacta una fetva,
la cual dice que todas las tierras que hubieran pertenecido al Islam, y Chipre
está entre ellas, deben ser arrancadas al infiel, aunque se precise violar los
convenios existentes con él, ya que tal violación es obra piadosa y meritoria,
siempre que se obtenga provecho pera el creyente.
1570.-
11
de febrero, llega el momento dramático, sale de Estambul, Kubad, emisario
del sultán, portando una carta de su soberano, llegando a Venecia el domingo de
Pascua de Resurrección. El día 28 de marzo, el senado recibe a
Kubad, que trasmite los deseos del sultán.
En la carta Selim reclama la cesión de Chipre, entendiéndose que una negativa
equivale a una guerra, no solo contra la isla sino contra todos los súbditos y
estados de la Señoría. Se dice por otra parte, que los
venecianos violan las fronteras turcas por Dalmacia y que no contentos con
amparar en Chipre a los corsarios ponentinos, molestan a los vasallos
de la Puerta dedicados al comercio y a los peregrinos de la
Meca, y el escrito finaliza, ofreciendo amistad, de acceder al deseo, y de caso
contrario, amenazando con tomar Chipre por la fuerza y exterminar todas las
provincias de la República.
Por su parte los bajás remiten otra cuyo contenido es el siguiente: “Os
demandamos Chipre, que por grado o por fuerza habéis de darnos; y guardaos de
enojar la tremenda espada, porque con ella os haremos cruelísima guerra por
todas partes; y no os fiéis de vuestros tesoros, porque los haremos pasar como
un corriente río”
Por último Mohamed, el gran visir, escribe al senado, participándole que no
habiendo sido de ningún fruto sus buenos oficios para hacer desistir a su señor
de aquella empresa, le exhorta a no provocar su venganza.
La respuesta a tal injuria es un NO rotundo.
Consternada Venecia vuelve los ojos a lo extraños; pero no encuentra apoyo,
a la Inglaterra protestante, no le interesa inmiscuirse a favor de un
país católico. Catalina de Médicis, se halla en Francia ocupada con la lucha
entre católicos y hugonotes. Maximiliano de Austria, no se atreve a romper la
tregua pactada con el otomano. Segismundo Augusto, rey de Polonia, teme el
poderío de Selim. Don Sebastián de Portugal está excesivamente atareado con la
reparación de sus costas. Génova ofrece una galera. El duque de Saboya,
dos. La Orden de Malta, tres. El resto de los estados y príncipes de
Italia, algunos contingentes de escaso número.
Real
Sitio de San Lorenzo: Felipe II contempla como váse elevando lentamente
el monasterio, por su cerebro pasa el estudio de los múltiples problemas que
plantea tan gigantesca construcción, un correo distrae su atención. Es D. Juan
de Zúñiga, su embajador en Roma, el cual dice que en un Consistorio celebrado
el 27 de febrero, el Papa ha propuesto la formación de una liga de
España y Venecia contra el turco. “Cuando llegó el voto al cardenal Granvela
habló de la poca seguridad que de los venecianos se podía tener, pues siempre
se habían estado a la mira, mientras el turco había enviado su armada en daño
de los estados de V.M.; y que agora, para socorrer el suyo, querían
aprovecharse de las fuerzas de V.M. y después cuando la armada viniese a Malta,
o a la Goleta, harían lo que les pareciese”. Prueba de ello son las líneas
del nuncio de la República al Papa, fechada en 4 de febrero de 1570:
“Afirmo que si ahora propusiera S.S., una liga entre España y la Señoría,
esta daría fácilmente oído al asunto; pero, desde luego, con intención de no
suscribir definitivamente convenio alguno si el turco no invadiese sus estados;
o invadiendo éste a Sicilia o Prulla, entendiese que la tal invasión constituía
un inminente y cierto peligro para sus propias tierras. De otro modo, nunca romperá
Venecia con el turco”.
Y entre las vacilaciones de Venecia, el silencio
de España y el entusiasmo papal, va corriendo un tiempo que Selim aprovecha tan
bien y rápido, que antes de llegarse a tratado alguno.
Se acabaron los titubeos de Venecia. Precisa solicitar, apremiantemente, que
Pío V influya sobre España, pero no puede ocultar el temor de verse absorbida
por Felipe II por lo que expone al Papa una irreductible oposición a que el
general de la armada hispana lo sea de la flota coaligada."
LEPANTO Y D. JUAN DE AUSTRIA
Victor Mª de Sola
ESCELICER, S.L.
Victor Mª de Sola
ESCELICER, S.L.
"Desde el primer instante, Pío V adivinó un proyecto grandioso en lo que Venecia sólo vislumbraba su auxilio e interés particular. No era Chipre únicamente el amenazado. Cerníase el peligro sobre toda la civilización cristiana, sobre todo el mundo católico. Desde Chipre, no más que pretexto, correríase la invasión, sirviendo de punto de partida, a todas las naciones, ocupadas en guerras, rencillas y dificultades de todo orden interior y exterior. He aquí el momento terrible, propicio al turco, para abalanzarse sobre su presa. Urgía poner remedio y atajar para siempre aquel poder exótico, pesadilla constante de la cristiandad. Agudo político y perfecto conocedor de la voluntad de España de defender la fe de Cristo donde y cuando quiera que fuese, el Papa halló la ocasión única para insistir sobre la necesidad irrecusable de formar aquella liga contra el Turco, tantas veces proyectada y tantas fallida. Comenzó por calmar la angustia de Venecia, comprometiéndose a cooperar con la ayuda de doce galeras armadas a su costa; nombró por general a Marco Antonio Colonna, duque de Pagliano y de Tagliacozzo; y escribió a Felipe II para que entrase en la liga, y fuese el primero en persuadir a ella a los demás.
Era el 5 de Marzo de 1570. La
primavera echábase encima. No había tiempo que perder. Los turcos apresuraban
los preparativos para empezar sus correrías por los mares. Pío V explicaba
extensamente al monarca español el alcance del proyecto y las imperiosas
razones que aconsejaban el concertar cuanto antes «esta general concordia y
defensa común»
Ante los evidentes preparativos militares que comenzó a
llevar a cabo el sultán Selim, la República se preparo para
defenderse aparejando el 31 de marzo para el puerto de Zara, donde fondean el
13 de abril, una flota de 90 galeras y 3.000 hombres al mando de Zanne y Sforza
Palaviccino para ayudar a la protección de Chipre, esperando en este puerto las
instrucciones del senado y las galeras que deben reunirsele.
Hallábase a la sazón Felipe II en Córdoba, a cuya ciudad llegara el 22 de
Febrero; para celebrar Cortes, cuando arribó don Luis de Torres con la carta
del Pontífice. Según orden de éste, no debía decir su
comisión en la primera audiencia; pero por ahorrar dilaciones en tan grave
asunto, con un elegante razonamiento, apresurose a entregar al Rey la misiva.
Alabó don Felipe la piedad y solicitud del Papa, significó la reverencia que le
tenía y sus deseos de no desampararle, y prometió contestar a Torres
brevemente. El mensajero queda sorprendido al comprobar que el rey conoce los
manejos venecianos y ello le hace temer por el éxito de sus gestiones.
En efecto, un día más tarde, le envió a decir con Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli, que ordenaría a sus virreyes en Italia y a Juan Andrea Doria cumplir la voluntad de Su Beatitud, que para él tenía fuerza de mandato; empero que convenía tratase del asunto con su Consejo.
La carta va fechada, como antes decíamos, en Córdoba, a 24 de Abril de 1570, y
entre otras cosas, le hacía saber: «Habiendo enviado S.S. a D. Luis, de Torres,
clérigo de cámara, a tratar conmigo de su parte algunos negocios de
importancia, y entre ellos a pedirme sea yo servido de dar orden que se junten
en el nuestro reino de Sicilia la mayor banda de galeras que se pudiere de las
nuestras y de las que andan a nuestro sueldo, para lo que se podrá ofrecer,
abajando la armada del turco este verano, como se tiene por cierto, he holgado
mucho de ello por complacer a S.S., y así envío a mandar a Joan Andrea que con
todas las galeras que hubiese juntado, conforme a la orden que se tiene dada de
antes para atender a lo de la Goleta, asista en el dicho reino de Sicilia
y por aquellas partes: de lo cual os he querido avisar para que lo tengáis
entendido, y para que en todo lo que se ofreciere de nuestro servicio sigáis la
orden que él os diere, conforme a una cédula nuestra que le habemos mandado
enviar, que yo seré dello muy servido, y de que me aviséis de todo lo que se
ofreciere.»"
vida ejemplar y heroica……
Luis Astrada Marín
Biblioteca virtual Miguel de Cervantes
"Marco
Antonio Colonna, duque de Paliano y Tellacoz, general de las doce galeras
pontificias y en jefe de la escuadra de la Liga, marcha a Roma para
alcanzar la bendición de S.S. el día 11 de mayo. Tras cantarse misa solemne de
Espíritu Santo, aquél le entrega el estandarte que servirá de enseña en la
empresa.
Colona tras la visita al Pontífice, juzga prudente acudir a Venecia,
persiguiendo disipar el menor recelo del Senado, que naturalmente desea un
compatriota al frente de la escuadra de la Liga, pretensión que no
atrévese a exponer, temeroso de que Felipe II, indique a un español.
El día 16 de mayo, nombra sus representantes en Roma, con
plenos poderes para que, en unión con el pontífice y los procuradores
venecianos, traten y estipulen en los términos más convenientes una Liga contra
los turcos y otros cualesquiera enemigos de la cristiandad, (……..).Dejemos a
los comisionados ir elaborando lenta y no muy armoniosamente la
Liga Santa, para trasladarnos a los dominios de Selim, el cual por no
tener que llegar a conclusiones con países extraños, obra por cuenta propia y
comenzando por detener al bailio y los cónsules de Venecia, envía veinticinco
galeras para cerrar a los venecianos la ruta de Chipre.
Ya está mayo mediado, cuando la escuadra de Pialí, sale del Cuerno de Oro rumbo
a Negroponto (), formada por ochenta galeras y treinta galeotas. Días
después apareja Alí Baja, que a bordo de sus treinta y seis galeras, doce
fustas y ocho mahomas más otras naves menores, lleva a Mustafá con más tropas y
enorme cantidad de pertrechos, y municiones.
Mediados de junio.. Han transcurrido dos
meses y las tropas venecianas siguen aguardando ordenes y barcos...que no
aparecen; pero en su lugar surge algo peor. Una epidemia iniciada en los
remeros se propaga a los soldados causando veinte mil victimas.
¿Y
Juan Andrea Doria por qué no emprende la ruta hacia Corfú?. Felipe II
desconfía de la Serenisima y anda remiso en trasmitirle ordenes,
tampoco Doria simpatiza con los venecianos. . Por fin y a petición del Papa, el
15 de junio, el rey le envía ordenes. La carta real señala como meta Mesina, y
no Corfú, debiendo antes de unirse a los aliados dejar reforzada La
Goleta.
Ante tal estado de cosas Zanne, hace proa a Tesina¿Lesina?primero y a las bocas
de Cattaro (Croacia y Montenegro) después y por último a Corfú donde llega el
23 de junio al frente de setenta galeras. Allí ha de esperar nuevamente la
escuadra del pontifice, cuyo paradero se ignora y a la de juan Andrea Doria que
se dirige hacia Messina. Antes de su arribada, el proveedeor general de Candia,
Sebastiano Veniero ha conquistado la fortaleza de Sopoto¿Aroania? en Morea y
Marco Quirini al pasar , rumbo a Corfú por Morea decide apoderarse del puerto
de las Cuallas.¿kalamata? o ¿Loutra kyillini?.
Mustafá-Lalá-Bajá conocedor de que el tiempo es un precioso aliado acelera los
preparativos. El 1 de julio, aparece frente a Chipre la escuadra
otomana, allí están las ochenta galeras y treinta galeotas de Pialí-Bajá,
general en jefe, las veinticinco galeras de Murad-Arraez, las treinta y seis
galeras, doce fustas, ocho mahomas, seis naves, un galeón, cuarenta
pasacaballos, treinta caramuzales y cuarenta fragatas. El ejército invasor se
eleva a cincuenta y seis mil hombres. El desembarco, que se efectua sin la
menor resistencia, en la costa de Limasol, dura tres días. Mustafá se encamina
hacia Nicosia con su ejercito, dejando a un lado Famagusta porque considera que
su conquista es una pérdida de tiempo. Rompen marcha los shipais (jinetes),
montando magníficos caballos de Persia, Arabia y Turcomania. Cada jinete porta
varias pistolas, un cuchillo, una cimitarra y un hacha, y a la sazón una
rodela, un arco y flechas. Los akindjis, masa abigarrada de hombres, cuya
ferocidad es sólo comparable a la de los tártaros. Los azabs, encargados de
llenar fosos y brechas para lanzarse al asalto final. Los jenízaros un ejército
exclusivo del sultán, formado por hombres, que siendo niños cristianos cuando fueron
cautivados, o bien hjos de cautivas cristianas, fueron educados en la religion
del profeta.
El 23 de julio, Zanne decide salir para Candia, para
aproximarse a Chipre, fondeando en Suda el 4 de agosto,. Y en tal
puerto lo dejaremos, a la espera, ¡siempre a la espera!, de las otras
escuadras.
La escuadra de Doria se compone de sus galeras, a sueldo de España,
las del virrey de Nápoles, Don Alvaro de Bzán y las del virrey de sicilia, D.
Juan de Cordona.
Rumbo a la goleta, tiene conocimiento de que el beylerbey de Argel, Uluch-Alí,
navega hacia levante, y no quiere desaprovechar la ocasión de apresarle y
empezar la campaña con un triunfo resonante. Solo una celada puede dar exito
para ello, Doria oculta su escuadra en la isla de Zembra, flanqueada por dos
islotes célebres en la historia, los altares de Neptuno, en ellos se
estrellaron parte de las flotas de Escipión y de Octavio. El plan en su inicio
tiene un completo éxito, dos galeras comandadas por el marqués de Santa Cruz y
don Juan Cordona, salen a la mar para dejarse dar caza fingiendo huír en
dirección contraria a la isla para así él surgir de improviso atacando por
popa. Al aproximarse el beylerbey a la isla, envía dos galeras con el fin de
reconocerla, las cuales son atacadas por los birreyes, una huye hascia levante
perseguida por don Alvaro de Basan y la otra hacia el sur, dándole caza don
Juan de Cordona
Uluch-Alí, se lanza al ataque contra Cordona y éste en una maniobra equivocada
vira en redondo poniendo rumbo a la isla haciendo desconfiar al pirata, el cual
ordena rumbo a Biserta, convirtiendose así de burlado en burlador.
Tras el incidente, Doria prosigue hacia La Goleta desembarcando los
soldados que han de reforzarla.
El 25 de julio, Mustafá sienta sus reales frente a Nicosia, no sin
antes mandar quinientos jinetes para cortar las comunicaciones con Famagusta, y
enviar a Pialí y Muezzin-zade--Alí-Bajá, con ochenta galeras para traer
refuerzos de Trípoli y Caramania.
Las fuerzas defensoras se elevan a unos diez mil hombres al mando de Nicolás
Dándolo. Rodea la ciudad una muralla, que por su longitud precisa un gran
número de hombres, y la defienden doce baluartes. Mustafá sitúase en el punto
opuesto a ellos, rompiendo un fuego de artillería, que dura cuatro días. Todo
hace esperar un resultado tan rápido como funesto para los nicosianos, pero
para asombro de Mustafá, se defienden tenazmente. Lo que les falta de
conocimientos lo suplen con coraje. Donde no puede llegar la táctica
llega el corazón. Y así, el 15 de agosto, unos nobles solicitan de
Nicolás Dándolo, permiso para efectuar una salida, a la hora en que los turcos
reposan descuidados.
Animados por la desesperación, caen sobre el campo enemigo con tal furia y
denuedo, que los sitiadores huyen despavoridos, pero al legar el hecho a
conocimiento de Mustafá, este manda cargar a la caballería, y los atacantes, ya
mas dados al saqueo, que al combate, son destrozados, tocándoles entonces ser
los que escapen, no sin dejar numerosos muerto y mas de cien prisioneros. Tal
acción reanima el espíritu de los nicosianos y hace concebir sospechas a
Mustafá de que su victoria, no va a ser tan fácil y rápida.
Decidido a conseguirla a cualquier precio, manda sus fuerzas al asalto. Pronto
retroceden deshechas, y lo mismo ocurre en otros sucesivos. Es forzoso acabar.
Los cincuenta y seis mil soldados, con que empezara, han sido multiplicados,
por nuevos envios de tropas, hasta alcanzar casi el número de cien mil. Ante
los bastiones que no se rinden quedan ya siete mil turcos, de acabar derrotados
por un puñado de gente, que ni tienen armas, ni jefes no sería una derrota,
sería una denigrante vergüenza. Para evitar esto, el serasquier despacha
emisarios a Alí y Pialí, que se hallan en Salinas, pidiéndoles que desembarquen
cien hombres de cada galera. Los bajás se presta a ello no sin antes comprobar
que la escuadra cristiana, se apresta a poner proa a Chipre.
El
nueve de agosto, llega un mensaje a manos de Doria, e inmediatamente zarpa con
la escuadra hacia Otranto, donde llega el 20 de agosto, uniéndose con. Colonna.
Zárpese de Otranto hacia las costas meridionales de la Morea, y a fines de
agosto se avista por poniente la isla de Creta. Al encuentro de las dos
armadas, sale Quirini con seis galeras, y el 31 de agosto, enfilan el puerto de
Suda.Ya está la flota completa, mejor dicho la casi totalidad, porque faltan
las cuatro naves galeras de Malta... que no llegarán jamás.
Navegando a la altura de Sicilia, Uluch-Alí, casi recien escapado de la añagaza
de Doria, en la isla de Zembra, avista las cuatro galeras de Malta a las que
persigue y da caza, los caballeros hospitalarios de San Juan ante la
superioridad numérica del berberisco, vénse en trance de cder. Tres galeras son
capturadas...
El dia 1 de septiembre en Suda, se reunen en junta los tres generales
de la Liga acompañados de Sforza Plaviccino, don Alvaro de Bazán, don
Juan de Cordona, Paulino Ursino, Pompeyo Colonna, don Carlos de Avalos,
Honorato Gaetano y varios de los principales jefes.
En la junta se exponen dos pareceres. Opinan unos que no debe marcharse
contra chipre para evitar el enfrentamiento con la superioridad de la escuadra
turca, lo cual sería el desastre, lo más práctico es caer sobre alguna
posesión del imperio otomano para obligarles a dividir sus fuerza naval al
tener que acudir en socorro de la plaza atacada.
Discurren otros, entre los cuales Zanne ocupa lugar destacado, que todo lo que
no sea acometer al turco, donde quiera que tremolen sus banderas, es mengua de
su buen nombre. Ello sin contar, con que están allí reunidos para salvar
Chipre, y por lo tanto no puede pensarse cosa diferente. Ante el desacuerdo
Doria, más partidario de la maniobra que del combate, cauteloso, prudente hasta
el exceso, hace uso de la palbra, explica su circunspección con argumentos de
alta estrtegia, con los que aplasta a los jefes de escuadra que solo piensan en
combatir sin importarles el viento, la mar, los arrecifes, etc.-De todos los
rumbos que pueden tomarse, el honor marca imperativamente uno, el de Chipre,
pero antes de acometer la empresa, hay que reconocer el estado de las galeras y
contar el número de hombres. Soy responsable de la armada a mi mando y no he de
exponerla en proyectos irrealizables.......,y así se ha puesto en el armamento
de las galeras españolas, el mayor esmero, siendo su gente animosa y aguerrida,
y sus capitanes expertos, y no careciendo de las municiones, pertrechos y
víveres necesarios, como puede comprobarse inspeccionándolas, inspección que
aconsejo se haga en las restantes. Al decir esto clava su mirada en Zanne, el
cual finge asentir, sabiendo que no puede dar una replica réplica
satisfactoria.
El día 6 de
septiembre, el consejo envia a Quirini en busca de noticias relativas al
enemigo. Con el mismo fin, el día 8 se destacan Luis Bembo, Angel Suriano, y
Vicente María de Priulí.
Por fin
Pialí dispone, comprobando que la escuadra de la Liga , no se hace a
la mar, la cesión de los refuerzos, veintemil nuevos soldados que desembarcan
el día 8 de septiembre,. El nueve, dispone Mustafá la acometida
general, dividiendo las tropas en cinco cuerpos de ejército para que los
sitiados no puedan acudir a todas las defensas. Como una avalancha, ante cuyo
nfuror todo cede y desaparece, caen los turcos sobre los nicosianos, rugieno y
disparando flechas y arcabuzazos; truenan los cañones; al estridente
griterío, se unen las notas de las trompetas y los redobles de los tambores…,
los defensores cubiertos de sangre, y agotados, sobrepujan sus fuerzas y la
energía de su espíritu. Pero este esfuerzo supremo, es al fin vencido por la
superioridad numérica y armamentística.
Ya no queda otra cosa que muertos, ruinas incendios y sangre. Los supervivientes
ante la promesa del serasquier de perdonarles la vida, entréganse al vencedor,
palabra que no cumple, sacrificándolos inhumanamente, veinte mil personas
mueren degolladas. Tras Nicosia caen Pafos, Limasol, Larnaca, Cerines. Ya de
Chipre, resta únicamente en poder de Venecia, Famagusta.
El
13 de septiembre se hace a la mar la totalidad de la escuadra de la Liga,
navegando solo con el triquete, para poder ir reunida, llegando a Sitia el 16
de septiembre. Antes de socorrer Nicosia hay que efectuar la revista exigida
por Doria y que Zanne viene rehuyendo, cuyo resultado no puede ser más
desconsolador. Las galeras venecianas, están tan mal aparejadas cómo falta de
chusma, soldado y municiones. La indisciplina y el desorden, reinan en forma
tal, que con esa escuadra, raya en temeridad, presentar combate.
La solución para paliar esta situación es desarmar algunas galeras, con lo cual
se logra aumentar la dotación de las restantes, y de nuevo la escuadra*
navega hacia el canal de Rodas.
El día 22 de septiembre fondean Kasteloryzo, puerto del Asia Menor, situado
entre las bahías de Fineka y Makri. Quiere la fatalidad que se levante un
fuerte oleaje, para defenderse del cual, cada jefe adopta una medida ante el
temor de que las galeras embarranquen o se aborden, ya que la pequeña bahía no
ofrece abrigo.
Juan Andrea Doria se hace a la mar, capeando el
temporal, Colonna busca protección al amparo del cabo Chelidonia y Jerónimo
Zanne, se refugia en un canal entre la costa y la isla de Cacamo. Aún no han
podido descansar las dotaciones del veneciano, cuando sus vigías señalan cuatro
velas, Zanne temeroso de que pertenezcan a la vanguardia turca, se dispone para
el combate. Afortunadamente se trata de Quirini que al llegar salta a la galera
capitana para informar en secreto a su general de que Nicosia ha sucumbido. Sus
muros yacen en tierra, sus habitantes han perecido sacrificados-Dios haya
acogido en su seno a estos mártires, se limita a contestar Zanne. Volved a
vuestra galera y no comuniquéis a nadie desdicha tal.
En cuanto calma el temporal, apareja la escuadra veneciana, para unirse al
resto de la flota. Zanne participa a Colonna, tan infausta nueva.
Inmediatamente se iza en la capitana del papa, la señal que convoca a gran
consejo. Es el 23 de septiembre.
Pronto se hayan congregados los tres generales y los jefes que llevan fanal en
la popa de sus naves como insignia de mando. Zanne toma la palabra participando
la conquista de Nicosia y el avance de Mustafá hacia Famagusta, pero no
atreviéndose a insistir sobre la marcha a Chipre, expone que debe intentarse
otra empresa, hostilizando al enemigo en sus estados de Negroponto. Replica
Doria. Cierto que no puede zarparse para Chipre, dado que el otoño se aproxima
y con él los temporales, lo cual hace preciso buscar un refugio seguro, que no
ofrece el litoral chipriota, pero no comparte la idea de atacar
Negroponto ya que el turco puede acudir fácilmente en su auxilio, y sin una
base cercana, se encontrarían en una situación dificilísima, y expone que es
más prudente caer sobre Durazzo o Valona, pues cuando a los osmanlíes lleguen
noticias del intento, podrán tener conquistadas las fortalezas más importantes.
Añade además, que la escuadra de S.M. solo puede detenerse por esos mares un
mes, ya que Felipe II le había ordenado estar en Sicilia, antes de finalizar
octubre.
La
exposición que hace Doria provoca una acalorada controversia, en que cada
uno da su parecer, sin que se vislumbre resultado práctico. Viéndose
contrariado Zanne, alza la voz de forma imperativa, que truena, mejor que dice
“- no hay que olvidar que mis galeras son las más numerosas.-”. Incapaz ya
Doria de reprimirse, estalla iracundo y dirigiéndose a don Álvaro de Bazán,
interroga,”-¡Sus galeras!... ¿qué pretenderán estas gentes con sus miserables
galeras?“…
El marqués de Santa Cruz calla prudente. Doria encárese entonces con su otro
subordinado don Juan de Cardona, “-¿Qué harán con esas galeras medio
desarmadas, sin disciplina, con dotaciones diezmadas por la peste y soldados
con los que acaba un pequeño soplo de tramontana?... -¿Qué harán ellos y qué
haremos nosotros en el archipiélago, donde pretenden llevarnos? Repito, que mi
rey y señor me ha ordenado invernar en Sicilia, y eso haré“.
Bruscamente corta la perorata y pide permiso para retirarse con su escuadra,
pero Colona y Zanne le niegan el beneplácito y hasta Sforza Palaviccino intenta
obligarle a permanecer con ellos, durante el mes designado. Calla Doria,
conteniendo a duras penas su excitación, que estalla furiosa, cuando Colonna
llamándole aparte, y con orgulloso deje, pregunta si disponiéndolo él, le
obedecerá.
-Para mandarme a mí, carecéis de autoridad, para
ello hace falta tener la de don Juan de Austria.
La discusión agríase de forma tan violentísima,
que don Carlos Dávalos, grita descompuesto.
-Yo he recibido orden de no obedecer más que a mi
general.
Marco Antonio Colonna, objeta en tono cortante.
-Sin embargo yo he mandado hombres que valían más que vos.
-Falso, aúlla mejor que dice Dávalos, al tiempo de ponerse en pie y llevar la
diestra a la empuñadura de la espada. Doria recupera su sangre fría. Comprende
que ha ido demasiado lejos y el rey puede desaprobar tal conducta. Por ello,
fríamente se vuelve a Dávalos, mandándole retirarse, y tras él acompañado por
los suyos, abandona la galera de Colonna.
El 27 de septiembre, Zanne decide pasar a puerto Tristano en la isla de
Scarpanto, y sin comunicar a Doria la decisión, zarpa con su armada y la del
pontífice,
Doria que se encuentra descortésmente abandonado, prosigue el viaje tranquilo,
sin la menor precipitación. Una borrasca sorprende a Colonna y Zanne, y en ella
naufragan dos galeras pontificias.
Parte el último, del puerto de Tristano, y llega a Sicilia el día 5 de octubre.
Ruda es la travesía de venecianos y pontificios hasta alcanzar el puerto de
Suda. En ella pierden once galeras, en Suda les llega la noticia de que el
turco se apresta a caer sobre ellos. Esto comunica Marcos Quirini, y confirma
Ángel Suriano, que en unión de Vicente Maria Priuli ha salido de exploración.
Suriano, fondea en Suda con su galera medio desmantelada. Él y Priuli han
tropezado con el enemigo, y tras duro combate, en que se pierde la embarcación
del último, puede alcanzar trabajosamente el puerto.
Mustafá-Lala-Baja después de guarnecer Nicosia, ordena a Poalí que salga en
persecución de la flota cristiana. Aduce éste, que estando dividida la
escuadra, no intentará empresa alguna, ni en socorro de Chipre, ni en ataque de
la otomana, por ello entiende que debe dársela caza, ante lo cual Pialí apareja
navegando hacia Creta, pero sorprendido por grandes temporales y viendo
frustrado su propósito, decide retroceder y marchar a Constantinopla, para
pasar el invierno. Zanne aprovecha la desaparición de Pialí, para enviar doce
galeras con mil seiscientos soldados en socorro de Famagusta.
Tras ello, y dejando en Candia a Quirini con las galeras, parte
para corfú. Por su parte Colonna, se despide el 28 de noviembre. El mal tiempo
le obliga a detenerse un mes en el puerto de Casopo, consiguiendo llegar por
fin a la boca de Cattaro, donde le sorprende una tormenta. Un rayo cae sobre su
galera, que se incendia, y el general tiene que escapar refugiándose en la
galera de Francisco Trono, la cual va a estrellarse contra la costa de Ragusa.
Por fin logra embarcar de nuevo y llegar a Roma.
No puede ser más desdichada la actuación de esta escuadra, que sin haber
combatido ha perdido variasd de sus galeras en naufragios y varaduras. Sus
jefes han dedicado la actividad, no ha combatir, sino a discutir.
Doria, lanza un alegato en el cual manifiesta, que cuanto pretendieron los
venecianos, rayaba en temeridad y contrario a la estrategia y táctica navales.
Colonna, trata de justificarse y reparte el fracaso entre Doria y Zanne. Éste,
nada dice, porque el senado lo depone, con lo cual queda probado que su mandato
ha sido deficientísimo.
*El veneciano Marcos Quirini con doce galeras.
Marco Antonio Colonna, general de S.S. con
otras doce.
Juan Andrea Doria, capitán general de S.M.C.
con diez y seis.
Don Álvaro de Bazán, virrey de Nápoles, con
diez y nueve.
Don Juan de Cordona, virrey de Sicilia, con
diez.
Jerónimo Zanne, general veneciano, con treinta.
Sforza Palaviccino capitán general de tierra
veneciano, con veinticinco.
Jacobo Celsi, proveedor veneciano, con veinte.
Antonio Canale, proveedor veneciano, con diez y
nueve.
Santos Trono, gobernador de condenados, con
diez y seis.
Francisco Duodo, veneciano, con doce galeazas.
Pedro Trono, veneciano, con catorce naves y
galeoncillos.
Lo que hace un total de ciento cuarenta y ocho
bajeles venecianos, cuarenta y cinco españoles y doce de S.S. , es decir
doscientas cinco naves, con mil trescientos cañones y diez y seis mil soldados."
LEPANTO Y D. JUAN DE AUSTRIA
Victor Mª de Sola
ESCELICER, S.L.
Victor Mª de Sola
ESCELICER, S.L.
La Goleta (Tunez)
- Corfu (grecia) - Morea (Peloponeso)
1565.-
Solimán el
Magnífico, decide por segunda vez medir sus armas con los caballeros
hospitalarios de San Juan de Dios. Malta es atacada por una escuadra al
mando de Piali-Baja.
22 de junio.- Los
caballeros y sus soldados se congregan en la capilla semidestruida del
castillo.
23 de junio.- Los
turcos atacan al amanecer con furioso ímpetu y los rechazan sesenta hombres,
heridos casi todos ellos, hasta que la superioridad otomana es tan grande que
su marea sumerge al castillo en un rugido de triunfo. La fortaleza ha sido
conquistada.
1569.-
En la noche del 13 de septiembre, el arsenal de la República,
ha sido destruido por un incendio, saltando el polvorín. En Venecia se
sospechaba que detrás de este suceso estaba el turco, que unida a la información
de los evidentes preparativos militares que comenzó a llevar a cabo el
sultán Selim, la República se preparó para defenderse y reunió en el
puerto de Zara una flota de 90 galeras y 3.000 hombres para ayudar a la
protección de Chipre.
1570.-
4
de febrero.- carta del nuncio de la República al Papa:
“Afirmo que si ahora propusiera S.S., una liga entre España y la Señoría,
esta daría fácilmente oído al asunto; pero, desde luego, con intención de no
suscribir definitivamente convenio alguno si el turco no invadiese sus estados;
o invadiendo éste a Sicilia o Prulla, entendiese que la tal invasión constituía
un inminente y cierto peligro para sus propias tierras. De otro modo, nunca
romperá Venecia con el turco”.
11
de febrero.- llega el momento dramático, sale de Estambul, Kubad,
emisario del sultán, portando una carta de su soberano, llegando a Venecia el
domingo de Pascua de Resurrección.
22
de febrero.- Felipe II llega a Córdoba para celebrar Cortes. Días mas
tarde recibe una carta del Pontífice.
27 de febrero,- el Papa propone
la formación de una liga de España y Venecia contra el turco.
5
de Marzo.- La primavera echábase encima. No había tiempo que perder.
Los turcos apresuraban los preparativos para empezar sus correrías por los
mares. Pío V explicaba extensamente al monarca español el alcance del proyecto
y las imperiosas razones que aconsejaban el concertar cuanto antes «esta
general concordia y defensa común».
28
de marzo.- en Venecia el senado recibe a Kubad, que trasmite los
deseos del sultán. En la carta Selim reclama la cesión de Chipre, entendiéndose
que una negativa equivale a una guerra, no solo contra la isla sino contra
todos los súbditos y estados de la Señoría.
31 de marzo.- la República se
prepara para defenderse aparejando para el puerto de Zara.
13 de abril.- fondean en el
puerto de Zara una flota de 90 galeras y 3.000 hombres al mando de Zanne y
Sforza Palaviccino para ayudar a la protección de Chipre, esperando en este
puerto las instrucciones del senado y las galeras que deben reunirsele.
24 de Abril.- Felipe II envía respuesta a SS.
Ya está mayo
mediado, cuando la escuadra de Pialí, sale del Cuerno de Oro rumbo a Negroponto
16
de mayo.- nombra sus representantes en Roma, con plenos poderes para
que, en unión con el pontífice y los procuradores venecianos, traten y
estipulen en los términos más convenientes una Liga contra los turcos y otros
cualesquiera enemigos de la cristiandad.
Mediados de juno.- Han transcurrido
dos meses y las tropas venecianas siguen aguardando ordenes y barcos...que no
aparecen; pero en su lugar surge algo peor. Una epidemia iniciada en los
remeros se propaga a los soldados causando veinte mil victimas.
23 de junio,- Zanne
llega a Corfú al frente de setenta galeras.
1 de julio.- aparece frente a Chipre la
escuadra otomana.
23 de julio.- Zanne decide salir
para Candia, para aproximarse a Chipre.
25 de julio.- Mustafá sienta sus reales
frente a Nicosia.
4 de agosto Zanne llega a Suda donde fondea con sus naves.
9
de agosto.- Llega un mensaje a manos de Doria, e inmediatamente
zarpa con la escuadra hacia Otranto.
15
de agosto.- los nicosianos animados por la desesperación, atacan el
campo enemigo.
20 de agosto.- llega
Doria a Otranto uniéndose a la flota de Colonna.
31 de agosto.-
enfilan el puerto de Suda.Ya está la flota completa.
1 de
septiembre.- en Suda, se reunen en junta los tres generales de la
flota cristiana.
6 de septiembre.-
el consejo envia a Quirini en busca de noticias relativas al enemigo.
8
de septiembre.- desembarcan veite mil soldados nuevos turcos de
refuerzo.
9
de septiembre.- Mustafá dispone la acometida final.
13 de
septiembre.- se hace a la mar la totalidad de la escuadra de la
Liga.
16 de septiembre.-
llega a Sitia la flota cristiana.
22 de
septiembre.- la escuadra fondea en Kasteloryzo, puerto del
Asia Menor. Quirini informa en secreto a su general de que Nicosia ha
sucumbido.
23 de
septiembre.- se iza en la capitana del papa, la señal que convoca a
gran consejo. Zanne toma la palabra participando la pérdida de Nicosia.
27 de
septiembre.- Zanne decide pasar a puerto Tristano en la isla de Scarpanto,
y sin comunicar a Doria la decisión, zarpa con su armada y la del pontífice.
5 de octubre.- Doria
llega a Sicilia."
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