LEPANTO


Lepanto
PRIMERA PARTE

"1565.-
          Solimán el Magnífico, decide por segunda vez medir sus armas con los caballeros hospitalarios de San Juan de Dios. Malta  es atacada por una escuadra al mando de Piali-Baja, en la cual figura Dragut con veintiséis galeras. Desembarca Mustafá-Lala-Bajá generalísimo turco, al frente de cuarenta y cinco mil hombres, La Valette, gran maestre de la orden, tiene para defender toda la isla setecientos caballeros malteses y cuatro mil quinientos soldados.
          Comienza la campaña por el asedio al castillo de San Telmo, defendido por unos centenares de hombres que no retroceden ni un palmo. Se suceden los asaltos terribles, pavorosos, emocionantes. Los de Malta pelean con un ardor que causa verdaderos escalofríos. Los turcos no obstante su brío son siempre rechazados. Emociona el momento en que diezmados los de Malta ceden, es la media noche del 22 de junio. Los caballeros y sus soldados se congregan en la capilla semidestruida del castillo. Unos a otros se dan la sagrada comunión y “ofreciendo las almas a Dios, se aprestan a sacrificar el cuerpo a la gloria de su divino Hijo”. La luz mortecina de los cirios alumbra un espectáculo conmovedor; no puede decirse que sean guerreros, sino esqueletos vacilantes y espectros lívidos, que semejan cadáveres reunidos para sus propios funerales.
          Un ruido de acero turba de vez en cuando las palabras litúrgicas; en ocasiones la sangre de una herida repentinamente abierta cae con sonido débil, marcando una mancha de púrpura a los pies de los fieles. Terminado el servicio divino, los últimos defensores de San Telmo se arrastran fuera de la capilla para regresar a sus puestos.
          Los turcos atacan al amanecer con furioso ímpetu y los rechazan sesenta hombres, heridos casi todos ellos, hasta que la superioridad otomana es tan grande que su marea sumerge al castillo en un rugido de triunfo. La fortaleza ha sido conquistada. (El asalto al castillo de San Telmo, defendido por un puñado de hombres, es una de las epopeyas más gigantescas de la historia. Los intentos turcos para apoderarse de la fortaleza, se estrellan ante la tenacidad de aquellos caballeros. Dragut, no reprime su indignación… y asombro, al contemplar como algunos que mortalmente heridos no pueden estar de pie, se hacen llevar a las brechas una silla y sentados en ella, espada en mano, afrontan a sus hombres hasta el último aliento.
          Un asalto, otro, otro, hasta aquel, en que un fragmento de roca, saltado de ella por un arcabuzazo, le hiere en la cabeza mortalmente. Viviendo lo suficiente para escuchar las noticias de la captura del fuerte).

1569.-
           Venecia, día de la ascensión del señor.
          Tañen centenares de campanas, suenan músicas, tiembla el espacio conmovido por el fragor de las salvas artilleras, los barrios son invadidos por una multitud bulliciosa. Tanto júbilo es justificado, ya que en Venecia se celebra la fiesta de sus desposorios con el mar. El Dux en su galera Bucentauro se dispone a realizar la ceremonia, silencioso y preocupado, apretando fuertemente el anillo en su mano, pensativo recuerda aquella frase de Mahomet II, el sultán conquistador de Constantinopla: “Hay que enviar a Venecia a consumar su matrimonio al fondo del mar”. Cierto es que la República está en franco ocaso; pero todavía conserva una industria floreciente y un comercio próspero. Desde el punto de vista diplomático, sus relaciones con Turquía, son perfectamente cordiales … tan cordiales que tienen mucho de sumisión, y allá en la Sublime Puerta , la Serenísima República, es mirada despectivamente como si fuera súbdita y feudataria del imperio. Tanto es el servilismo que en España se llama a Venecia la amancebada del turco y en el resto de Italia la semi-turca. 
         Pero tras la máscara de una fingida amistad se oculta el verdadero rostro de una ambición, conquistar Chipre que está en manos de Venecia si embargo no es prudente romper con la Serenísima ya que lucha al lado de la armada del sultán contra las flotas cristianas.
          En la noche del 13 de septiembre de 1569, el arsenal de la República, ha sido destruido por un incendio, saltando el polvorín, a cuya explosión se han derrumbado cuatro iglesias y unas cuarenta casas. Pero aunque la voladura se ha oído a mas de cuarenta millas los daños no son irreparables, sino por el contrario pueden refutarse insignificantes, en relación a la catástrofe que pudo ocurrir, perdiéndose en el fuego únicamente cuatro galeras. En Venecia se sospechaba que detrás de este suceso estaba el turco, que unida a la información de los evidentes preparativos militares que comenzó a llevar a cabo el sultán Selim, la República se preparó para defenderse y reunió en el puerto de Zara una flota de 90 galeras y 3.000 hombres para ayudar a la protección de Chipre.
           El sultán Selim II interpretó este suceso como una señal divina mediante la que Alá le indicaba que era el momento de poner en marcha sus planes contra Chipre por lo que decide terminar sus dudas y para ello redacta una fetva, la cual dice que todas las tierras que hubieran pertenecido al Islam, y Chipre está entre ellas, deben ser arrancadas al infiel, aunque se precise violar los convenios existentes con él, ya que tal violación es obra piadosa y meritoria, siempre que se obtenga provecho pera el creyente.

1570.-
           11 de febrero, llega el momento dramático, sale de Estambul, Kubad, emisario del sultán, portando una carta de su soberano, llegando a Venecia el domingo de Pascua de Resurrección. El día 28 de marzo, el senado recibe a Kubad, que trasmite los deseos del sultán.

          En la carta Selim reclama la cesión de Chipre, entendiéndose que una negativa equivale a una guerra, no solo contra la isla sino contra todos los súbditos y estados de la Señoría. Se dice por otra parte, que los venecianos violan las fronteras turcas por Dalmacia y que no contentos con amparar en Chipre a los corsarios ponentinos, molestan a los vasallos de la Puerta dedicados al comercio y a los peregrinos de la Meca, y el escrito finaliza, ofreciendo amistad, de acceder al deseo, y de caso contrario, amenazando con tomar Chipre por la fuerza y exterminar todas las provincias de la República.
          Por su parte los bajás remiten otra cuyo contenido es el siguiente: “Os demandamos Chipre, que por grado o por fuerza habéis de darnos; y guardaos de enojar la tremenda espada, porque con ella os haremos cruelísima guerra por todas partes; y no os fiéis de vuestros tesoros, porque los haremos pasar como un corriente río”
           Por último Mohamed, el gran visir, escribe al senado, participándole que no habiendo sido de ningún fruto sus buenos oficios para hacer desistir a su señor de aquella empresa, le exhorta a no provocar su venganza.
           La respuesta a tal injuria es un NO rotundo. Consternada Venecia vuelve los ojos a lo extraños; pero no encuentra apoyo, a la Inglaterra protestante, no le interesa inmiscuirse a favor de un país católico. Catalina de Médicis, se halla en Francia ocupada con la lucha entre católicos y hugonotes. Maximiliano de Austria, no se atreve a romper la tregua pactada con el otomano. Segismundo Augusto, rey de Polonia, teme el poderío de Selim. Don Sebastián de Portugal está excesivamente atareado con la reparación de sus costas. Génova ofrece una galera. El duque de Saboya, dos. La Orden de Malta, tres. El resto de los estados y príncipes de Italia, algunos contingentes de escaso número.
           Real Sitio de San Lorenzo: Felipe II contempla como váse elevando lentamente el monasterio, por su cerebro pasa el estudio de los múltiples problemas que plantea tan gigantesca construcción, un correo distrae su atención. Es D. Juan de Zúñiga, su embajador en Roma, el cual dice que en un Consistorio celebrado el 27 de febrero, el Papa ha propuesto la formación de una liga de España y Venecia contra el turco. “Cuando llegó el voto al cardenal Granvela habló de la poca seguridad que de los venecianos se podía tener, pues siempre se habían estado a la mira, mientras el turco había enviado su armada en daño de los estados de V.M.; y que agora, para socorrer el suyo, querían aprovecharse de las fuerzas de V.M. y después cuando la armada viniese a Malta, o a la Goleta, harían lo que les pareciese”. Prueba de ello son las líneas del nuncio de la República al Papa, fechada en 4 de febrero de 1570: “Afirmo que si ahora propusiera S.S., una liga entre España y la Señoría, esta daría fácilmente oído al asunto; pero, desde luego, con intención de no suscribir definitivamente convenio alguno si el turco no invadiese sus estados; o invadiendo éste a Sicilia o Prulla, entendiese que la tal invasión constituía un inminente y cierto peligro para sus propias tierras. De otro modo, nunca romperá Venecia con el turco”.
          Y entre las vacilaciones de Venecia, el silencio de España y el entusiasmo papal, va corriendo un tiempo que Selim aprovecha tan bien y rápido, que antes de llegarse a tratado alguno.
          Se acabaron los titubeos de Venecia. Precisa solicitar, apremiantemente, que Pío V influya sobre España, pero no puede ocultar el temor de verse absorbida por Felipe II por lo que expone al Papa una irreductible oposición a que el general de la armada hispana lo sea de la flota coaligada."
                                                               LEPANTO Y D. JUAN DE AUSTRIA
Victor Mª de Sola
ESCELICER, S.L.


           "Desde el primer instante, Pío V adivinó un proyecto grandioso en lo que Venecia sólo vislumbraba su auxilio e interés particular. No era Chipre únicamente el amenazado. Cerníase el peligro sobre toda la civilización cristiana, sobre todo el mundo católico. Desde Chipre, no más que pretexto, correríase la invasión, sirviendo de punto de partida, a todas las naciones, ocupadas en guerras, rencillas y dificultades de todo orden interior y exterior. He aquí el momento terrible, propicio al turco, para abalanzarse sobre su presa. Urgía poner remedio y atajar para siempre aquel poder exótico, pesadilla constante de la cristiandad. Agudo político y perfecto conocedor de la voluntad de España de defender la fe de Cristo donde y cuando quiera que fuese, el Papa halló la ocasión única para insistir sobre la necesidad irrecusable de formar aquella liga contra el Turco, tantas veces proyectada y tantas fallida. Comenzó por calmar la angustia de Venecia, comprometiéndose a cooperar con la ayuda de doce galeras armadas a su costa; nombró por general a Marco Antonio Colonna, duque de Pagliano y de Tagliacozzo; y escribió a Felipe II para que entrase en la liga, y fuese el primero en persuadir a ella a los demás.   
          Era el 5 de Marzo de 1570. La primavera echábase encima. No había tiempo que perder. Los turcos apresuraban los preparativos para empezar sus correrías por los mares. Pío V explicaba extensamente al monarca español el alcance del proyecto y las imperiosas razones que aconsejaban el concertar cuanto antes «esta general concordia y defensa común»
         Ante los evidentes preparativos militares que comenzó a llevar a cabo el sultán Selim, la República se preparo para defenderse aparejando el 31 de marzo para el puerto de Zara, donde fondean el 13 de abril, una flota de 90 galeras y 3.000 hombres al mando de Zanne y Sforza Palaviccino para ayudar a la protección de Chipre, esperando en este puerto las instrucciones del senado y las galeras que deben reunirsele.

          Hallábase a la sazón Felipe II en Córdoba, a cuya ciudad llegara el 22 de Febrero; para celebrar Cortes, cuando arribó don Luis de Torres con la carta del Pontífice. Según orden de éste, no debía decir su comisión en la primera audiencia; pero por ahorrar dilaciones en tan grave asunto, con un elegante razonamiento, apresurose a entregar al Rey la misiva. Alabó don Felipe la piedad y solicitud del Papa, significó la reverencia que le tenía y sus deseos de no desampararle, y prometió contestar a Torres brevemente. El mensajero queda sorprendido al comprobar que el rey conoce los manejos venecianos y ello le hace temer por el éxito de sus gestiones.

          En efecto, un día más tarde, le envió a decir con Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli, que ordenaría a sus virreyes en Italia y a Juan Andrea Doria cumplir la voluntad de Su Beatitud, que para él tenía fuerza de mandato; empero que convenía tratase del asunto con su Consejo.
            La carta va fechada, como antes decíamos, en Córdoba, a 24 de Abril de 1570, y entre otras cosas, le hacía saber: «Habiendo enviado S.S. a D. Luis, de Torres, clérigo de cámara, a tratar conmigo de su parte algunos negocios de importancia, y entre ellos a pedirme sea yo servido de dar orden que se junten en el nuestro reino de Sicilia la mayor banda de galeras que se pudiere de las nuestras y de las que andan a nuestro sueldo, para lo que se podrá ofrecer, abajando la armada del turco este verano, como se tiene por cierto, he holgado mucho de ello por complacer a S.S., y así envío a mandar a Joan Andrea que con todas las galeras que hubiese juntado, conforme a la orden que se tiene dada de antes para atender a lo de la Goleta, asista en el dicho reino de Sicilia y por aquellas partes: de lo cual os he querido avisar para que lo tengáis entendido, y para que en todo lo que se ofreciere de nuestro servicio sigáis la orden que él os diere, conforme a una cédula nuestra que le habemos mandado enviar, que yo seré dello muy servido, y de que me aviséis de todo lo que se ofreciere.»"
          
vida ejemplar y heroica……
Luis Astrada Marín
                                                                                                         Biblioteca virtual Miguel de Cervantes


            "Marco Antonio Colonna, duque de Paliano y Tellacoz, general de las doce galeras pontificias y en jefe de la escuadra de la Liga, marcha a Roma para alcanzar la bendición de S.S. el día 11 de mayo. Tras cantarse misa solemne de Espíritu Santo, aquél le entrega el estandarte que servirá de enseña en la empresa.
            Colona tras la visita al Pontífice, juzga prudente acudir a Venecia, persiguiendo disipar el menor recelo del Senado, que naturalmente desea un compatriota al frente de la escuadra de la Liga, pretensión que no atrévese a exponer, temeroso de que Felipe II, indique a un español.
          El día  16 de mayo, nombra sus representantes en Roma, con plenos poderes para que, en unión con el pontífice y los procuradores venecianos, traten y estipulen en los términos más convenientes una Liga contra los turcos y otros cualesquiera enemigos de la cristiandad, (……..).Dejemos a los comisionados ir elaborando lenta y no muy armoniosamente la Liga Santa, para trasladarnos a los dominios de Selim, el cual por no tener que llegar a conclusiones con países extraños, obra por cuenta propia y comenzando por detener al bailio y los cónsules de Venecia, envía veinticinco galeras para cerrar a los venecianos la ruta de Chipre.
          Ya está mayo mediado, cuando la escuadra de Pialí, sale del Cuerno de Oro rumbo a Negroponto (), formada por ochenta  galeras y treinta galeotas. Días después apareja Alí Baja, que a bordo de sus treinta y seis galeras, doce fustas y ocho mahomas más otras naves menores, lleva a Mustafá con más tropas y enorme cantidad de pertrechos, y municiones.
          Mediados de junio.. Han transcurrido dos meses y las tropas venecianas siguen aguardando ordenes y barcos...que no aparecen; pero en su lugar surge algo peor. Una epidemia iniciada en los remeros se propaga a los soldados causando veinte mil victimas.
           ¿Y Juan Andrea Doria por qué no emprende la ruta hacia Corfú?. Felipe II  desconfía de la Serenisima y anda remiso en trasmitirle ordenes, tampoco Doria simpatiza con los venecianos. . Por fin y a petición del Papa, el 15 de junio, el rey le envía ordenes. La carta real señala como meta Mesina, y no Corfú, debiendo antes de unirse a los aliados dejar reforzada La Goleta.
          Ante tal estado de cosas Zanne, hace proa a Tesina¿Lesina?primero y a las bocas de Cattaro (Croacia y Montenegro) después y por último a Corfú donde llega el 23 de junio al frente de setenta galeras. Allí ha de esperar nuevamente la escuadra del pontifice, cuyo paradero se ignora y a la de juan Andrea Doria que se dirige hacia Messina. Antes de su arribada, el proveedeor general de Candia, Sebastiano Veniero ha conquistado la fortaleza de Sopoto¿Aroania? en Morea y Marco Quirini al pasar , rumbo a Corfú por Morea decide apoderarse del puerto de las Cuallas.¿kalamata? o ¿Loutra kyillini?.
          Mustafá-Lalá-Bajá conocedor de que el tiempo es un precioso aliado acelera los preparativos. El 1 de julio, aparece frente a Chipre la escuadra otomana, allí están las ochenta galeras y treinta galeotas de Pialí-Bajá, general en jefe, las veinticinco galeras de Murad-Arraez, las treinta y seis galeras, doce fustas, ocho mahomas, seis naves, un galeón, cuarenta pasacaballos, treinta caramuzales y cuarenta fragatas. El ejército invasor se eleva a cincuenta y seis mil hombres. El desembarco, que se efectua sin la menor resistencia, en la costa de Limasol, dura tres días. Mustafá se encamina hacia Nicosia con su ejercito, dejando a un lado Famagusta porque considera que su conquista es una pérdida de tiempo. Rompen marcha los shipais (jinetes), montando magníficos caballos de Persia, Arabia y Turcomania. Cada jinete porta varias pistolas, un cuchillo, una cimitarra y un hacha, y a la sazón una rodela, un arco y flechas. Los akindjis, masa abigarrada de hombres, cuya ferocidad es sólo comparable a la de los tártaros. Los azabs, encargados de llenar fosos y brechas para lanzarse al asalto final. Los jenízaros un ejército exclusivo del sultán, formado por hombres, que siendo niños cristianos cuando fueron cautivados, o bien hjos de cautivas cristianas, fueron educados en la religion del profeta.
          El 23 de julio, Zanne decide salir para Candia, para aproximarse a Chipre, fondeando en Suda el 4 de agosto,. Y en tal puerto lo dejaremos, a la espera, ¡siempre a la espera!, de las otras escuadras.
            La escuadra de Doria se compone de sus galeras, a sueldo de España, las del virrey de Nápoles, Don Alvaro de Bzán y las del virrey de sicilia, D. Juan de Cordona.
            Rumbo a la goleta, tiene conocimiento de que el beylerbey de Argel, Uluch-Alí, navega hacia levante, y no quiere desaprovechar la ocasión de apresarle y empezar la campaña con un triunfo resonante. Solo una celada puede dar exito para ello, Doria oculta su escuadra en la isla de Zembra, flanqueada por dos islotes célebres en la historia, los altares de Neptuno, en ellos se estrellaron parte de las flotas de Escipión y de Octavio. El plan en su inicio tiene un completo éxito, dos galeras comandadas por el marqués de Santa Cruz y don Juan Cordona, salen a la mar para dejarse dar caza fingiendo huír en dirección contraria a la isla para así él surgir de improviso atacando por popa. Al aproximarse el beylerbey a la isla, envía dos galeras con el fin de reconocerla, las cuales son atacadas por los birreyes, una huye hascia levante perseguida por don Alvaro de Basan y la otra hacia el sur, dándole caza don Juan de Cordona
            Uluch-Alí, se lanza al ataque contra Cordona y éste en una maniobra equivocada vira en redondo poniendo rumbo a la isla haciendo desconfiar al pirata, el cual ordena rumbo a Biserta, convirtiendose así de burlado en burlador.
            Tras el incidente, Doria prosigue hacia La Goleta desembarcando los soldados que han de reforzarla.
           El 25 de julio, Mustafá sienta sus reales frente a Nicosia, no sin antes mandar quinientos jinetes para cortar las comunicaciones con Famagusta, y enviar a Pialí y Muezzin-zade--Alí-Bajá, con ochenta galeras para traer refuerzos de Trípoli y Caramania.

          Las fuerzas defensoras se elevan a unos diez mil hombres al mando de Nicolás Dándolo. Rodea la ciudad una muralla, que por su longitud precisa un gran número de hombres, y la defienden doce baluartes. Mustafá sitúase en el punto opuesto a ellos, rompiendo un fuego de artillería, que dura cuatro días. Todo hace esperar un resultado tan rápido como funesto para los nicosianos, pero para asombro de Mustafá, se defienden tenazmente. Lo que les falta de conocimientos lo suplen con coraje. Donde no puede llegar la táctica  llega el corazón. Y así, el 15 de agosto, unos nobles solicitan de Nicolás Dándolo, permiso para efectuar una salida, a la hora en que los turcos reposan descuidados.
          Animados por la desesperación, caen sobre el campo enemigo con tal furia y denuedo, que los sitiadores huyen despavoridos, pero al legar el hecho a conocimiento de Mustafá, este manda cargar a la caballería, y los atacantes, ya mas dados al saqueo, que al combate, son destrozados, tocándoles entonces ser los que escapen, no sin dejar numerosos muerto y mas de cien prisioneros. Tal acción reanima el espíritu de los nicosianos y hace concebir sospechas a Mustafá de que su victoria, no va a ser tan fácil y rápida.
          Decidido a conseguirla a cualquier precio, manda sus fuerzas al asalto. Pronto retroceden deshechas, y lo mismo ocurre en otros sucesivos. Es forzoso acabar. Los cincuenta y seis mil soldados, con que empezara, han sido multiplicados, por nuevos envios de tropas, hasta alcanzar casi el número de cien mil. Ante los bastiones que no se rinden quedan ya siete mil turcos, de acabar derrotados por un puñado de gente, que ni tienen armas, ni jefes no sería una derrota, sería una denigrante vergüenza. Para evitar esto, el serasquier despacha emisarios a Alí y Pialí, que se hallan en Salinas, pidiéndoles que desembarquen cien hombres de cada galera. Los bajás se presta a ello no sin antes comprobar que la escuadra cristiana, se apresta a poner proa a Chipre. 
            El nueve de agosto, llega un mensaje a manos de Doria, e inmediatamente zarpa con la escuadra hacia Otranto, donde llega el 20 de agosto, uniéndose con. Colonna. Zárpese de Otranto hacia las costas meridionales de la Morea, y a fines de agosto se avista por poniente la isla de Creta. Al encuentro de las dos armadas, sale Quirini con seis galeras, y el 31 de agosto, enfilan el puerto de Suda.Ya está la flota completa, mejor dicho la casi totalidad, porque faltan las cuatro naves galeras de Malta... que no llegarán jamás.
            Navegando a la altura de Sicilia, Uluch-Alí, casi recien escapado de la añagaza de Doria, en la isla de Zembra, avista las cuatro galeras de Malta a las que persigue y da caza, los caballeros hospitalarios de San Juan ante la superioridad numérica del berberisco, vénse en trance de cder. Tres galeras son capturadas...
            El dia 1 de septiembre en Suda, se reunen en junta los tres generales de la Liga acompañados de Sforza Plaviccino, don Alvaro de Bazán, don Juan de Cordona, Paulino Ursino, Pompeyo Colonna, don  Carlos de Avalos, Honorato Gaetano y varios de los principales jefes.
            En la junta se exponen  dos pareceres. Opinan unos que no debe marcharse contra chipre para evitar el enfrentamiento con la superioridad de la escuadra turca, lo cual  sería el desastre, lo más práctico es caer sobre alguna posesión del imperio otomano para obligarles a dividir sus fuerza naval al tener que acudir en socorro de la plaza atacada.
            Discurren otros, entre los cuales Zanne ocupa lugar destacado, que todo lo que no sea acometer al turco, donde quiera que tremolen sus banderas, es mengua de su buen nombre. Ello sin contar, con que están allí reunidos para salvar Chipre, y por lo tanto no puede pensarse cosa diferente. Ante el desacuerdo Doria, más partidario de la maniobra que del combate, cauteloso, prudente hasta el exceso, hace uso de la palbra, explica su circunspección con argumentos de alta estrtegia, con los que aplasta a los jefes de escuadra que solo piensan en combatir sin importarles el viento, la mar, los arrecifes, etc.-De todos los rumbos que pueden tomarse, el honor marca imperativamente uno, el de Chipre, pero antes de acometer la empresa, hay que reconocer el estado de las galeras y contar el número de hombres. Soy responsable de la armada a mi mando y no he de exponerla en proyectos irrealizables.......,y así se ha puesto en el armamento de las galeras españolas, el mayor esmero, siendo su gente animosa y aguerrida, y sus capitanes expertos, y no careciendo de las municiones, pertrechos y víveres necesarios, como puede comprobarse inspeccionándolas, inspección que aconsejo se haga en las restantes. Al decir esto clava su mirada en Zanne, el cual finge asentir, sabiendo que no puede dar una replica réplica satisfactoria.
            El día 6 de septiembre, el consejo envia a Quirini en busca de noticias relativas al enemigo. Con el mismo fin, el día 8 se destacan Luis Bembo, Angel Suriano, y Vicente María de Priulí.
            Por fin Pialí dispone, comprobando que la escuadra de la Liga , no se hace a la mar, la cesión de los refuerzos, veintemil nuevos soldados que desembarcan el día 8 de septiembre,. El nueve, dispone Mustafá la acometida general, dividiendo las tropas en cinco cuerpos de ejército para que los sitiados no puedan acudir a todas las defensas. Como una avalancha, ante cuyo nfuror todo cede y desaparece, caen los turcos sobre los nicosianos, rugieno y disparando flechas y arcabuzazos; truenan los cañones; al estridente griterío, se unen las notas de las trompetas y los redobles de los tambores…, los defensores cubiertos de sangre, y agotados, sobrepujan sus fuerzas y la energía de su espíritu. Pero este esfuerzo supremo, es al fin vencido por la superioridad numérica y armamentística.
          Ya no queda otra cosa que muertos, ruinas incendios y sangre. Los supervivientes ante la promesa del serasquier de perdonarles la vida, entréganse al vencedor, palabra que no cumple, sacrificándolos inhumanamente, veinte mil personas mueren degolladas. Tras Nicosia caen Pafos, Limasol, Larnaca, Cerines. Ya de Chipre, resta únicamente en poder de Venecia, Famagusta.
            El 13 de septiembre se hace a la mar la totalidad de la escuadra de la Liga, navegando solo con el triquete, para poder ir reunida, llegando a Sitia el 16 de septiembre. Antes de socorrer Nicosia hay que efectuar la revista exigida por Doria y que Zanne viene rehuyendo, cuyo resultado no puede ser más desconsolador. Las galeras venecianas, están tan mal aparejadas cómo falta de chusma, soldado y municiones. La indisciplina y el desorden, reinan en forma tal, que con esa escuadra, raya en temeridad, presentar combate.
            La solución para paliar esta situación es desarmar algunas galeras, con lo cual se logra aumentar la dotación de las restantes, y de nuevo la escuadra*  navega hacia el canal de Rodas.
            El día 22 de septiembre fondean Kasteloryzo, puerto del Asia Menor, situado entre las bahías de Fineka y Makri. Quiere la fatalidad que se levante un fuerte oleaje, para defenderse del cual, cada jefe adopta una medida ante el temor de que las galeras embarranquen o se aborden, ya que la pequeña bahía no ofrece abrigo.
Juan Andrea Doria se hace a la mar, capeando el temporal, Colonna busca protección al amparo del cabo Chelidonia y Jerónimo Zanne, se refugia en un canal entre la costa y la isla de Cacamo. Aún no han podido descansar las dotaciones del veneciano, cuando sus vigías señalan cuatro velas, Zanne temeroso de que pertenezcan a la vanguardia turca, se dispone para el combate. Afortunadamente se trata de Quirini que al llegar salta a la galera capitana para informar en secreto a su general de que Nicosia ha sucumbido. Sus muros yacen en tierra, sus habitantes han perecido sacrificados-Dios haya acogido en su seno a estos mártires, se limita a contestar Zanne. Volved a vuestra galera y no comuniquéis a nadie desdicha tal.
            En cuanto calma el temporal, apareja la escuadra veneciana, para unirse al resto de la flota. Zanne participa a Colonna, tan infausta nueva. Inmediatamente se iza en la capitana del papa, la señal que convoca a gran consejo. Es el 23 de septiembre.
            Pronto se hayan congregados los tres generales y los jefes que llevan fanal en la popa de sus naves como insignia de mando. Zanne toma la palabra participando la conquista de Nicosia y el avance de Mustafá hacia Famagusta, pero no atreviéndose a insistir sobre la marcha a Chipre, expone que debe intentarse otra empresa, hostilizando al enemigo en sus estados de Negroponto. Replica Doria. Cierto que no puede zarparse para Chipre, dado que el otoño se aproxima y con él los temporales, lo cual hace preciso buscar un refugio seguro, que no ofrece  el litoral chipriota, pero no comparte la idea de atacar Negroponto ya que el turco puede acudir fácilmente en su auxilio, y sin una base cercana, se encontrarían en una situación dificilísima, y expone que es más prudente caer sobre Durazzo o Valona, pues cuando a los osmanlíes lleguen noticias del intento, podrán tener conquistadas las fortalezas más importantes. Añade además, que la escuadra de S.M. solo puede detenerse por esos mares un mes, ya que Felipe II le había ordenado estar en Sicilia, antes de finalizar octubre.
            La exposición que hace Doria provoca una acalorada controversia, en que cada uno  da su parecer, sin que se vislumbre resultado práctico. Viéndose contrariado Zanne, alza la voz de forma imperativa, que truena, mejor que dice “- no hay que olvidar que mis galeras son las más numerosas.-”. Incapaz ya Doria de reprimirse, estalla iracundo y dirigiéndose a don Álvaro de Bazán, interroga,”-¡Sus galeras!... ¿qué pretenderán estas gentes con sus miserables galeras?“…
            El marqués de Santa Cruz calla prudente. Doria encárese entonces con su otro subordinado don Juan de Cardona, “-¿Qué harán con esas galeras medio desarmadas, sin disciplina, con dotaciones diezmadas por la peste y soldados con los que acaba un pequeño soplo de tramontana?... -¿Qué harán ellos y qué haremos nosotros en el archipiélago, donde pretenden llevarnos? Repito, que mi rey y señor me ha ordenado invernar en Sicilia, y eso haré“.
            Bruscamente corta la perorata y pide permiso para retirarse con su escuadra, pero Colona y Zanne le niegan el beneplácito y hasta Sforza Palaviccino intenta obligarle a permanecer con ellos, durante el mes designado. Calla Doria, conteniendo a duras penas su excitación, que estalla furiosa, cuando Colonna llamándole aparte, y con orgulloso deje, pregunta si disponiéndolo él, le obedecerá.
-Para mandarme a mí, carecéis de autoridad, para ello hace falta tener la de don Juan de Austria.
La discusión agríase de forma tan violentísima, que don Carlos Dávalos, grita descompuesto.
-Yo he recibido orden de no obedecer más que a mi general.
            Marco Antonio Colonna, objeta en tono cortante.
            -Sin embargo yo he mandado hombres que valían más que vos.

           -Falso, aúlla mejor que dice Dávalos, al tiempo de ponerse en pie y llevar la diestra a la empuñadura de la espada. Doria recupera su sangre fría. Comprende que ha ido demasiado lejos y el rey puede desaprobar tal conducta. Por ello, fríamente se vuelve a Dávalos, mandándole retirarse, y tras él acompañado por los suyos, abandona la galera de Colonna.
            El 27 de septiembre, Zanne decide pasar a puerto Tristano en la isla de Scarpanto, y sin comunicar a Doria la decisión, zarpa con su armada y la del pontífice,
            Doria que se encuentra descortésmente abandonado, prosigue el viaje tranquilo, sin la menor precipitación. Una borrasca sorprende a Colonna y Zanne, y en ella naufragan dos galeras pontificias.
            Parte el último, del puerto de Tristano, y llega a Sicilia el día 5 de octubre.
            Ruda es la travesía de venecianos y pontificios hasta alcanzar el puerto de Suda. En ella pierden once galeras, en Suda les llega la noticia de que el turco se apresta a caer sobre ellos. Esto comunica Marcos Quirini, y confirma Ángel Suriano, que en unión de Vicente Maria Priuli ha salido de exploración.
            Suriano, fondea en Suda con su galera medio desmantelada. Él y Priuli han tropezado con el enemigo, y tras duro combate, en que se pierde la embarcación del último, puede alcanzar trabajosamente el puerto.
            Mustafá-Lala-Baja después de guarnecer Nicosia, ordena a Poalí que salga en persecución de la flota cristiana. Aduce éste, que estando dividida la escuadra, no intentará empresa alguna, ni en socorro de Chipre, ni en ataque de la otomana, por ello entiende que debe dársela caza, ante lo cual Pialí apareja navegando hacia Creta, pero sorprendido por grandes temporales y viendo frustrado su propósito, decide retroceder y marchar a Constantinopla, para pasar el invierno. Zanne aprovecha la desaparición de Pialí, para enviar doce galeras con mil seiscientos soldados en socorro de Famagusta.
            Tras ello, y dejando en Candia a Quirini con las galeras, parte para corfú. Por su parte Colonna, se despide el 28 de noviembre. El mal tiempo le obliga a detenerse un mes en el puerto de Casopo, consiguiendo llegar por fin a la boca de Cattaro, donde le sorprende una tormenta. Un rayo cae sobre su galera, que se incendia, y el general tiene que escapar refugiándose en la galera de Francisco Trono, la cual va a estrellarse contra la costa de Ragusa. Por fin logra embarcar de nuevo y llegar a Roma.
            No puede ser más desdichada la actuación de esta  escuadra, que sin haber combatido ha perdido variasd de sus galeras en naufragios y varaduras. Sus jefes han dedicado la actividad, no ha combatir, sino a discutir.
            Doria, lanza un alegato en el cual manifiesta, que cuanto pretendieron los venecianos, rayaba en temeridad y contrario a la estrategia y táctica navales. Colonna, trata de justificarse y reparte el fracaso entre Doria y Zanne. Éste, nada dice, porque el senado lo depone, con lo cual queda probado que su mandato ha sido deficientísimo. 

*El veneciano Marcos Quirini con doce galeras.
Marco Antonio Colonna, general de S.S. con otras doce.
Juan Andrea Doria, capitán general de S.M.C. con diez y seis.
Don Álvaro de Bazán, virrey de Nápoles, con diez y nueve.
Don Juan de Cordona, virrey de Sicilia, con diez.
Jerónimo Zanne, general veneciano, con treinta.
Sforza Palaviccino capitán general de tierra veneciano, con veinticinco.
Jacobo Celsi, proveedor veneciano, con veinte.
Antonio Canale, proveedor veneciano, con diez y nueve.
Santos Trono, gobernador de condenados, con diez y seis.
Francisco Duodo, veneciano, con doce galeazas.
Pedro Trono, veneciano, con catorce naves y galeoncillos.
Lo que hace un total de ciento cuarenta y ocho bajeles venecianos, cuarenta y cinco españoles y doce de S.S. , es decir doscientas cinco naves, con mil trescientos cañones y diez y seis mil soldados."
     LEPANTO Y D. JUAN DE AUSTRIA
Victor Mª de Sola
ESCELICER, S.L.



       La Goleta (Tunez) - Corfu (grecia) - Morea (Peloponeso)


1565.-

Solimán el Magnífico, decide por segunda vez medir sus armas con los caballeros hospitalarios de San Juan de Dios. Malta  es atacada por una escuadra al mando de Piali-Baja.       
22 de junio.- Los caballeros y sus soldados se congregan en la capilla semidestruida del castillo.
23 de junio.- Los turcos atacan al amanecer con furioso ímpetu y los rechazan sesenta hombres, heridos casi todos ellos, hasta que la superioridad otomana es tan grande que su marea sumerge al castillo en un rugido de triunfo. La fortaleza ha sido conquistada.

1569.-
            En la noche del 13 de septiembre, el arsenal de la República, ha sido destruido por un incendio, saltando el polvorín. En Venecia se sospechaba que detrás de este suceso estaba el turco, que unida a la información de los evidentes preparativos militares que comenzó a llevar a cabo el sultán Selim, la República se preparó para defenderse y reunió en el puerto de Zara una flota de 90 galeras y 3.000 hombres para ayudar a la protección de Chipre.

1570.-
        4 de febrero.- carta del nuncio de la República al Papa: “Afirmo que si ahora propusiera S.S., una liga entre España y la Señoría, esta daría fácilmente oído al asunto; pero, desde luego, con intención de no suscribir definitivamente convenio alguno si el turco no invadiese sus estados; o invadiendo éste a Sicilia o Prulla, entendiese que la tal invasión constituía un inminente y cierto peligro para sus propias tierras. De otro modo, nunca romperá Venecia con el turco”.
     
             11 de febrero.- llega el momento dramático, sale de Estambul, Kubad, emisario del sultán, portando una carta de su soberano, llegando a Venecia el domingo de Pascua de Resurrección.

           22 de febrero.- Felipe II llega a Córdoba para celebrar Cortes. Días mas tarde recibe una carta del Pontífice.

            27 de febrero,- el Papa propone la formación de una liga de España y Venecia contra el turco.

            5 de Marzo.- La primavera echábase encima. No había tiempo que perder. Los turcos apresuraban los preparativos para empezar sus correrías por los mares. Pío V explicaba extensamente al monarca español el alcance del proyecto y las imperiosas razones que aconsejaban el concertar cuanto antes «esta general concordia y defensa común».

           28 de marzo.- en Venecia el senado recibe a Kubad, que trasmite los deseos del sultán. En la carta Selim reclama la cesión de Chipre, entendiéndose que una negativa equivale a una guerra, no solo contra la isla sino contra todos los súbditos y estados de la Señoría.

             31 de marzo.- la República se prepara para defenderse aparejando para el puerto de Zara.

             13 de abril.- fondean en el puerto de Zara una flota de 90 galeras y 3.000 hombres al mando de Zanne y Sforza Palaviccino para ayudar a la protección de Chipre, esperando en este puerto las instrucciones del senado y las galeras que deben reunirsele.

              24 de Abril.- Felipe II envía respuesta a SS.

Ya está mayo mediado, cuando la escuadra de Pialí, sale del Cuerno de Oro rumbo a Negroponto
             16 de mayo.- nombra sus representantes en Roma, con plenos poderes para que, en unión con el pontífice y los procuradores venecianos, traten y estipulen en los términos más convenientes una Liga contra los turcos y otros cualesquiera enemigos de la cristiandad.

          Mediados de juno.- Han transcurrido dos meses y las tropas venecianas siguen aguardando ordenes y barcos...que no aparecen; pero en su lugar surge algo peor. Una epidemia iniciada en los remeros se propaga a los soldados causando veinte mil victimas.

             23 de junio,- Zanne llega a Corfú al frente de setenta galeras.

             1 de julio.- aparece frente a Chipre la escuadra otomana.

             23 de julio.- Zanne decide salir para Candia, para aproximarse a Chipre.

             25 de julio.- Mustafá sienta sus reales frente a Nicosia.

             4 de agosto Zanne llega a Suda donde fondea con sus naves.

             9 de agosto.-  Llega un mensaje a manos de Doria, e inmediatamente zarpa con la escuadra hacia Otranto.

         15 de agosto.- los nicosianos animados por la desesperación, atacan el campo enemigo.

              20 de agosto.- llega Doria a Otranto uniéndose a la flota de Colonna.

              31 de agosto.- enfilan el puerto de Suda.Ya está la flota completa.

          1 de septiembre.- en Suda, se reunen en junta los tres generales de la flota cristiana.

           6 de septiembre.- el consejo envia a Quirini en busca de noticias relativas al enemigo.

                 8 de septiembre.- desembarcan veite mil soldados nuevos turcos de refuerzo.

                 9 de septiembre.- Mustafá dispone la acometida final.
           
               13 de septiembre.- se hace a la mar la totalidad de la escuadra de la Liga.

               16 de septiembre.- llega a Sitia la flota cristiana.

          22 de septiembre.- la escuadra fondea en Kasteloryzo, puerto del Asia Menor. Quirini  informa en secreto a su general de que Nicosia ha sucumbido.

            23 de septiembre.- se iza en la capitana del papa, la señal que convoca a gran consejo. Zanne toma la palabra participando la pérdida de Nicosia.

              27 de septiembre.- Zanne decide pasar a puerto Tristano en la isla de Scarpanto, y sin comunicar a Doria la decisión, zarpa con su armada y la del pontífice.



5 de octubre.- Doria llega a Sicilia."

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