LA EXPANSIÓN FENICIA

MÁS ALLÁ DEL MEDITERRÁNEO

     "La expansión marítima de los fenicios comenzó después de que estos se independizaran de la dominación egipcia, iniciada bajo el reinado del faraón Tutmosis III, hacia 1480 a. C., finalizando antes del reinado de Ramsés III, 1184 a.C., quien pese a derrotar a los Pueblos del Mar, no pudo recuperar su hegemonía en la zona.
Tiro lideró, junto con Sidón la gran expansión marítima hacia el oeste. Pese a contar con excelentes naves de guerra, los fenicios se dedicaban principalmente al comercio; por ello, su estrategia era utilizar siempre la diplomacia antes que la fuerza militar. Esta política de expansión fue la gran impulsora de sus expediciones
          Hacia 1100 a. C., traspasaron las columnas de Hércules y fundaron la ciudad de Gades (Cádiz). La colonia se estableció en lo que antes era una gran isla frente a la costa (el actual istmo es posterior). En el Atlántico también fundaron Lixus, en la zona del actual Marruecos. En el Mediterráneo fundaron Útica, al norte de Túnez y hacia 814 a. C., al sur de Útica fundaron Kar-Hadast (Cartago) que pronto se convirtió en la más importante de las colonias, organizando por su cuenta nuevas expediciones hacia el Mediterráneo occidental fundando colonias como Cartago Nova (Cartagena).

          Los fenicios fueron los primeros en lanzarse abiertamente a la navegación de altura, es decir, adentrase en el mar y perder todo contacto visual con la costa. Esto fue posible por su conocimiento de que la estrella polar señala el norte y de que el sol en su cenit señala el sur. También conocían a fondo la posición de las estrellas, lo que les permitía navegar de noche. Los pilotos fenicios anotaban sus observaciones sobre la orografía de la costa, que acompañaban con su apreciación de vientos y corrientes, conocimientos que más tarde fueron aprovechados por los griegos.
           Muchos gobernantes de otros estados emplearon en sus flotas a constructores y marinos fenicios para mejorar su calidad y rendimiento, quienes primero lo hicieron fueron los faraones egipcios, pero la colaboración más estrecha conocida de los fenicios fue con los hebreos, el rey judío Salomón y el rey fenicio Hiram, de Tiro, ambos organizaron expediciones marítimas conjuntas a Ofir en la costa del océano Índico con fines comerciales, obteniendo cuantiosas ganancias, lo que permitió la fastuosidad de la corte del rey Salomón. Otro monarca que aprovecho las habilidades marineras de los fenicios, fue el faraón Necao, quien en 611 a. C. financió la travesía del misterioso mar de Septentrión, que se convirtió en la circunnavegación de África. Necao encargó a los fenicios la exploración de nuevas vías de comunicación entre el mar Mediterráneo y el mar Rojo. Al parecer, según Herodoto, los expedicionarios embarcaron semillas de cereales que fueron sembrando en invierno en los parajes costeros donde recalaban  y que creían más adecuados, allí se asentaban hasta la época de la cosecha, en primavera, y navegaban durante el verano y el otoño. Este ciclo duró tres años y el recorrido iba desde el golfo de Suez hasta el delta del Nilo, pasando por el estrecho de Gibraltar.



          Herodoto  no dudó de esta historia, aunque cuestionó que las observaciones de navegación relatadas por los marinos, el sol siempre estuviera al norte en la zona sur del continente africano; era lógico que así fuera, pero a Herodoto le parecían anotaciones erróneas debido al concepto geocéntrico que entonces se tenía del universo, también escribió datos sobre los vientos y algunos problemas de navegación; estos datos mueven a pensar a la mayoría de los historiadores modernos  que el relato de esta expedición es absolutamente cierto.
             La política de ampliar las perspectivas comerciales para la obtención de metales, fue la que motivó el segundo viaje de los fenicios más allá del Mediterráneo, alrededor de 450ª. C. Hamilcón, un experto navegante cartaginés, organizó una expedición que fue mucho más allá de las torres de Hércules: remontó las costas de la península ibérica, dobló el cabo Finisterre a arrumbó directamente hacia Bretaña, a través del golfo de Vizcaya, los expedicionarios exploraron Gran Bretaña e Irlanda y guardaron celosamente la información durante muchos años, hasta que llegó a conocimiento de los griegos. Algunos historiadores sostienen que las leyendas de monstruos marinos que supuestamente habitaban más allá de las torres de Hércules fueron fomentadas por los fenicios para disuadir a los navegantes griegos y evitar su competencia."
Bibliografía
SANTÍSIMA TRINIDAD
HISTORIA DE LA NAVEGACIÓN
Ediciones Altaya, S.A.

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